Fue consagrado por el obispo Antonio Guizar y Valencia hace 66 años
Por Profr. Francisco González Carrasco, Cronista de Meoqui.
Los pueblos de la nueva España y después los mexicanos, recibimos una herencia católica por los Romanos y su iglesia y llego a nuestra región por las órdenes religiosas de los Franciscanos y Jesuitas, que fueron los grupos católicos que vinieron a evangelizar a nuestro país y región; en este caso, nos tocó los Franciscanos, sobre todo a la columna vertebral de estado de Chihuahua que es la parte occidental y central del estado y San Pablo hoy Meoqui, no fue la excepción, al grado que crece la población y se desarrolla, crecen las necesidades en todos los aspectos y estas, de alguna manera se tienen que ir solucionando.
Tal es el caso de la necesidad de establecer otro templo católico en nuestra población desde antes de 1945, tiempos del Presbítero, Severiano Hurtado que fue muy reconocido por mantener el templo de San Pablo en muy buenas condiciones, pero al ser insuficiente por el crecimiento de la población decidió organizar a la feligresía de Meoqui, para construir otro templo, dedicado a la virgen de Guadalupe, la Patrona de México.
Para ello consiguió un terreno que donó la familia Chacón Romero, que se localizaba en aquel tiempo al término de la población, en el lado norte y que era limitado también por el panteón que ahí se encontraba.
Después de acordar la construcción y conseguir el terreno busco personal que conociera el tema de la construcción de un templo, que no es cosa menor, llegando a un acuerdo con un constructor muy reconocido, Don Julio Medina, que se hizo cargo de la obra y a sus hijos, Claudio, Salomón y Julio que de una manera extraordinaria construyen un templo de primera con materiales prácticamente actuales o modernos, ladrillos, cemento, acero, arena, cal, y piedra, entre otros materiales que se pueden conseguir fácilmente en la actualidad.
El señor medina dio cátedra de su conocimiento y junto con sus hijos y muchas personas que trabajaron en la obra, auxiliaron y le dieron forma y vida a este templo, creando un edificio moderno con rasgos de arquitectura post- colonial, que realmente luce muy bien.
El templo tiene un estilo parroquial tradicional de una nave, con un altar principal, con vitrales, extraordinarios fabricados en Torreón Coahuila, con figuras de personajes como San Juan Diego y los Presbíteros españoles que se encontraban aquí en México, y por supuesto la venerada imagen de la santísima virgen de Guadalupe, imágenes y vitrales realmente artísticas y magistralmente grabadas.
Este templo tiene capacidad para 400 personas aproximadamente y fue consagrado el 3 de septiembre de 1957, por el Obispo Antonio Guizar y Valencia.
En el exterior tiene dos hermosas torres, con campanario, al frente cuatro columnas que le dan un estilo neo – clásico muy distinguido, y una escalinata tradicional para acceder al templo, además cuenta con oficina administrativa y todas las instalaciones de un templo católico completo.
Un edificio complementario de la feligresía católica que ya es emblemático en nuestra población y es el centro mariano de nuestro municipio y ciudad que nos llena del sentido de pertenencia y el orgullo de la creatividad de nuestros albañiles y artesanos.
Este edificio expresa la bienvenida a propios y extraños que llegan del norte por la calle Aldama.
¡Nuestro santuario de Guadalupe, un edificio Mariano que nos da la bienvenida!